Dios me parece tan lejano… ¿cómo podría acercarme a Él?

No me resulta difícil creer en Dios, pero Él parece muy lejano. Pienso en él como un familiar distante que nunca he conocido. La gente habla de acercarse a Dios, ¿pero qué quieren decir con eso? ¿Es realmente posible?


Sí, es posible acercarnos a Dios, y la razón es que, ¡Dios no quiere ser para nosotros como un familiar lejano! Él nos ama y quiere que lo conozcamos personalmente y que sintamos su presencia cada día. ¿Cómo podemos sentir su presencia en nuestras vidas? Primero, entendiendo que Él está en todo lugar, aun si no nos damos cuenta. El salmista declara: «¿A dónde me iré de tu Espíritu? … Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás» (Salmos 139:7-8). Dios no se ha ido ni se ha escondido en un hueco oscuro del Universo. Él está siempre alrededor nuestro. 

Ahora bien, si bien es cierto que Dios está en derredor nuestro, aún así estamos separados de Él por nuestros pecados. La presencia de Dios es tan pura y santa que ni uno solo de nuestros pecados pueden entrar en ella. Pero Jesucristo vino para perdonarnos y limpiarnos de todos nuestros pecados, y Él cargó el castigo que nosotros merecíamos. Ahora podemos ser reconciliados con Dios gracias a lo que Cristo hizo por nosotros.

No permitas que Dios siga siendo para ti como un «familiar lejano». En lugar de eso, ora ahora mismo a Dios en fe  y dile que sabes que has pecado y que deseas que Cristo venga ser el Salvador y Señor de tu vida. La promesa de Jesús es para ti: «¡Aquí estoy!»

«Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20).