¿Es la enfermedad un castigo de Dios?

Cuando nos enfermamos, ¿es por qué hicimos algo malo y Dios nos castiga mediante la enfermedad?


No, eso no es necesariamente cierto. El Apóstol Pablo fue el cristiano más grande que jamás haya vivido y aun así sufría regularmente de un padecimiento. No sabemos exactamente de qué se trataba, pero sabemos que le causaba grandes dificultades (ver 2 Corintios 12:7-10).

Es cierto, por supuesto, que cuando abusamos deliberadamente de nuestros cuerpos (con cosas como el alcohol, las drogas, la promiscuidad sexual o la comida en exceso) pagaremos un precio muy alto, tanto física como emocionalmente. Dios nos dio nuestro cuerpo, y cuando ignoramos las leyes de Dios y tratamos nuestros cuerpos con desprecio, el resultado inevitable serán lesiones y enfermedades, o incluso acortar nuestra vida.

La Biblia ordena que cuidemos de nuestros cuerpos, no hacerlo es actuar en contra de la voluntad de Dios.
Sin embargo, no toda enfermedad puede ser vinculada con un pecado específico que hayamos cometido. La enfermedad y la muerte nos afectan a todos; y la razón es que el pecado, como un virus mortal, invadió toda la creación. Vivimos en un mundo en decadencia, y el resultado del pecado es putrefacción, enfermedad y muerte. La Biblia dice: «Porque la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23).

Construye tu vida sobre cimientos espirituales firmes, que prevalezcan sin importar lo que te pase. El único cimiento firme que existe es Jesucristo mismo, quien vino al mundo a rescatarnos de la culpa y el poder del pecado. Pon tu fe en Jesús y persigue la meta de vivir para Él. La Biblia dice: «… pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente sino también para la venidera» (1 Timoteo 4:8).